martes, 27 de noviembre de 2012

Castilla necesita un Fernando

Nada mejor que una serie de éxito, Isabel, para poner en el punto de mira lugares, paisajes o edificios que llevan ahí muchos siglos, pero es ahora cuando todos vuelven sus ojos hacia ellos. Gran error. Así de triste, pero suele suceder con más frecuencia de la que debiera; tiene que darse un hecho puntual para que nos demos cuenta de la riqueza que atesoramos a nuestro alrededor. 
Ancha es Castilla, que diría El Cid, como para conocerla palmo a palmo, pero hay que intentarlo. Todo este rollo viene a cuento de los índices de audiencia de una serie que, además de histórica, muestra una Castilla rica y extensa en patrimonio. Ha tenido que ser Isabel la que recuerde, a unos, y muestre, por primera vez a otros, que esta tierra es mucho más que llanuras interminables y campos inmensos de cereales y que el carácter de sus gentes no es precisamente el de sumisión a nada ni a nadie, aunque muchos crean ahora lo contrario.




Recuerdo que hace ocho años disfruté de un inolvidable fin de semana recorriendo los lugares vinculados a la reina Isabel la Católica y disfrutando de una espléndida exposición en Madrigal, Arévalo y Tordesillas coincidiendo con los 500 años de su muerte. Eso cuando la reina pía no estaba tan de actualidad como ahora. 
La ruta comenzaba en Madrigal de las Altas Torres, localidad abulense de La Moraña donde nació Isabel, en el palacio de Juan II, una villa que merece la pena conocer, por las huellas de la reina, por su recinto amurallado del siglo XII, por la puerta de Cantalapiedra o por sus exquisitos asados que se pueden degustar en numerosos mesones.
Continuaba en Arévalo, donde pasó largas temporadas de su infancia junto a su hermano pequeño y su madre, con un castillo convertido en morada para la futura reina de Castilla y en prisión después para Guillermo de Orange, y finalizaba en Tordesillas, ya en la provincia de Valladolid.  Junto al Duero, esta villa atesora un buen número de edificios históricos que acogieron entre sus muros tantas intrigas políticas, religiosas y familiares, convirtiéndose de manera itinerante en sede de la corte real de Isabel y Fernando.
Pues lo dicho, que mucho antes de que esta serie devolviera a la actualidad lugares tan emblemáticos para Castilla y León como Arévalo, Madrigal o Tordesillas ya estaban ahí, con una historia que convendría no olvidar. Pero bienvenida sea si con ello muchos se acercan al pasado de esta tierra y, de paso, la conocen más y mejor. Viendo el carácter que se gasta el consorte de Isabel, tampoco estaría de más que Castilla tuviera ahora al frente, en vez de un Juan Vicente, un Fernando de Aragón. Sin acritud.

2 comentarios:

  1. Con un diseño fresco y jovial se nos presenta este espacio personal lleno de interesantes reseñas y maravillosas fotografías. Un entorno acogedor que más de uno encontrará de su interés. En fin, que este blog tiene todo lo necesario para triunfar.
    Un saludo.
    Lourdes C.

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  2. Un blog que me ha gustado bastante, ya que los viajes me apasionan y entrar en tu blog es casi como recorrer los lugares, opiniones y muchas descripciones, junto con las fotos una gran forma de acercarnos a lo que cuentas.
    Enhorabuena!

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