lunes, 14 de enero de 2013

El trigo de la discordia


Aquí, cuando sube el precio del cereal en la Lonja saltan chispas entre los productores y los que tienen que comprar cada semana a unos euros más. Las quejas se quedan ahí y no pasan del comprensible cabreo de los ganaderos y de los consumidores, que son los que sufren las consecuencias en su bolsillo. Más lejos, las revueltas solapadas bajo un tinte político, que derrocan dictadores que creíamos eternos, son la consecuencia del continuo aumento del precio de la materia prima a una población cada día más pobre y, a veces, sin nada que llevarse a la boca, salvo una torta de harina que en países como Túnez, Egipto, Argelia o Jordania lleva camino de cotizarse a precio de oro.

Estos países pobres sufren como aquí, pero de una manera bien distinta, las consecuencias de un mercado internacional descabezado y sin control, donde priman, más que intereses comerciales, otros económicos a veces nada claros, que están generando cada día más diferencias y agravios, dejando a la población que se encuentra más indefensa y con menos medios desesperada y empobrecida. Y tal como se presenta el panorama, esto parece que no ha hecho más que empezar. El mercado chino sigue demandando materia prima de medio mundo y el otro medio se ahoga o se muere de sequía. Así es difícil producir cereales suficientes para atender una demanda que no para de crecer; y a los productores de cereal les interesa más exportar y vender bien a los mercados emergentes que a los países pobres, que no pueden competir con quien paga más y mejor.
Las materias primas han sido desde tiempos remotos desencadenantes de los peores conflictos y la falta de alimentos y la hambruna, también. Hace unos meses fue la población egipcia la que salió a la calle a protestar contra su Gobierno por subir el precio del trigo, básico en la dieta de una inmensa población sin recursos; después los tunecinos y mañana serán otros los que se manifiesten por lo mismo, no tienen nada que comer.

Mientras Australia intenta salir a flote de unos incendios que están asolando medio país, las previsiones de sequía en Argentina hacen presagiar unos meses complicados aquí por la reducción de las importaciones de trigo, pero más en aquellas zonas donde una torta de maíz o de trigo es muchos días el único alimento que tiene una inmensa población para no morir de hambre. 




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